Santa Coloma de Gramenet se adhiere a la declaración de Lisboa
La ciudad forma parte de la resolución sobre políticas urbanas por la integración inclusiva de las personas migrantes y ventajas de la diversidad
Santa Coloma ha sido desde principios del siglo pasado lugar de llegada de personas provenientes de otros lugares, de Catalunya, de España y del mundo. Estos flujos han dado identidad a la ciudad y son un factor sustancial en la estructura social y laboral, el tejido económico y comercial y la estructura urbana. Pero, la construcción de la ciudad y de la convivencia es una tarea larga y compleja, pero posible con la participación de todos.
En este sentido, la Carta Europea de los Derechos Humanos en la ciudad, firmada por Santa Coloma de Gramenet en el año 2000, establece que "la ciudad es el espacio colectivo que pertenece a todos sus habitantes que tienen derecho a encontrarse las condiciones para su realización política, social y ecológica, lo que asumiendo deberes de solidaridad ".
La convivencia, trabajar la mejora continuada de las relaciones entre las personas y de las personas con su entorno, ha sido desde siempre una estrategia del equipo de gobierno. En consecuencia, tiene especial relevancia la incorporación, el 9 de septiembre de 2014, de Santa Coloma a la Red Española de Ciudades Interculturales (RECI), que es parte del programa Intercultural Cities (ICC), del Consejo de Europa, la red se llamada RECI-ICC. Se trabaja fundamentalmente para profundizar en el enfoque intercultural de la gestión de la diversidad. El Consejo de Europa define "la ciudad intercultural como aquella que tiene personas con orígenes diferentes, idiomas, religiones y creencias, pero esta diversidad es considerada de forma positiva como un recurso, tanto por los líderes políticos como para la ciudadanía".
Como se ha demostrado en la práctica, la diversidad puede ser un activo para cualquier comunidad, si se gestiona correctamente. La estrategia de trabajar las diversidades (género, edad, clase social, territorio, orientación sexual, condición física, ...) desde la perspectiva intercultural, abarca todos los aspectos de la política local e involucra a todas y todos los agentes de la vida municipal, de acuerdo con unos principios que se fundamentan en los valores democráticos, de equidad y de ciudadanía y con un enfoque de transformación social.
La gestión de la interculturalidad se basa en el trabajo sistémico del triángulo formado por la Igualdad (equidad), de derechos y deberes, el reconocimiento de la diversidad y la interacción de las personas. Al trabajar para garantizar la satisfacción de los derechos económicos, sociales y civiles y culturales y en hacer cumplir los deberes. La red de InterculturalCities, constituida por más de 160 ciudades europeas, lo volvieron a manifestar en Lisboa y lo recogieron en la Declaración de Lisboa, 28 y 29 de noviembre de 2017, sobre políticas urbanas para la integración inclusiva de las personas migrantes y las ventajas de la diversidad.