
Obra emblema de la arquitectura catalana del siglo XVI, y uno de los casales renacentistas más importantes del país, fue declarado monumento histórico-artístico de interés nacional en 1931. Sus orígenes se remontan a la edad media y fue reformado en XVI. En la ampliación del obispo Cardona mantuvo la planta gótica existente y añadió las dos torres laterales y la galería con arcos rebajados del cuerpo central. Hay en todo el edificio varios elementos decorativos en puertas y ventanas de cariz plenamente renacentista (bustos, medallones, motivos florales...) que conviven con ventanales y arcos de tradición gótica. Destaca la puerta principal y el escudo de Joan Cardona en el portal exterior del recinto. En dos de las ventanas de la torre se encuentran esculpidos los retratos de Carlos V y de Isabel de Portugal, protectores del obispo.