¡El Besòs se transforma y se renaturaliza!

Publicado l'Ajuntament Informa del 15 de marzo

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Devolverle a la naturaleza lo que es de la naturaleza. Devolverle al río lo que es del río. Desde las ciudades, debemos impulsar proyectos innovadores que permitan regenerar los espacios naturales, indispensables para tener una vida saludable en los entornos urbanos. Y es una cuestión imperante para la resiliencia colectiva, la sostenibilidad y, en definitiva, la supervivencia. En nuestro caso hemos reparado el daño al Besós. Su historia explica, también, la de Santa Coloma: de ciudad dormitorio con una cloaca abierta, a ciudad residencial con identidad propia y con una infraestructura verde regenerada y estratégica en clave metropolitana.

El Besós es orgullo y en sus aguas, hoy regeneradas, se refleja también nuestra historia de superación y fortaleza. Hace ya 34 años que el parque fluvial abrió sus puertas y, como dice la reveladora frase del poeta Màrius Sampere en sus muros, “Viure és provar-ho infinites vegades” y el Besós ahora avanza hacia una vida renaturalizada, en un momento en el que es un espacio imprescindible para la práctica del deporte y la promoción del arte urbano —con la llegada del BesArt— y otros usos ciudadanos.

Con la renaturalización, el Besós recibe un impulso definitivo. En la primera fase hemos creado el Refugio de Biodiversidad, contribuyendo a nuevos hábitats protegidos con nuevas especies, y más espacios para la educación ambiental y científica. La segunda etapa nos permitirá crear grandes conectores ecológicos entre el río, el parque de Can Zam y la Serralada de Marina, y la isla de la biodiversidad, además de plantar más de 17.000 árboles, arbustos y otras especies de f lora. Para ello, contamos con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, mediante los fondos europeos NextGenerationEU, y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB). El objetivo es ganar zonas verdes y nuevas especies, y avanzar en la gran transformación paisajística y medioambiental de Santa Coloma. Es el mejor legado que podemos dejarle a las generaciones futuras.