La reducción del uso de los plásticos en el consumo diario es una de las acciones que se impulsan en la Fiesta del Medio ambiente. Las bolsas del supermercado, por ejemplo, tardan muchos más de 100 años al descomponerse. Santa Coloma de Gramenet ha sido una de las ciudades que más intensamente ha colaborado en las sucesivas campañas y acciones legales para reducir el uso.
Una práctica habitual, que todos y todas vemos como cotidiana, y que supone una agresión constante al medio ambiente. Ejemplos como este se podrán analizar en la Fiesta de este fin de semana. Es, pues, una buena ocasión para arreciar el compromiso de esta ciudad con el activismo ecologista. Con un componente lúdico y educativo podremos disfrutar de actividades en torno la biodiversidad, el civismo y los productos ecológicos y de proximidad, en un entorno formidable cómo es el parque de Can Zam. El compromiso ciudadano es fundamental en el despliegue de las políticas medioambientales. En nuestra ciudad tenemos ejemplos muy recientes de la agradecida que puede ser la natura con nosotros si la respetamos. El retorno de algunas especies al río Besòs nos hace ser más optimistas, pero necesitamos la colaboración de todo el mundo para dejar un planeta habitable a las generaciones futuras.