La seguridad integral de la ciudadanía es una prioridad principal del gobierno de Núria Parlon. Para los y las socialistas, la seguridad es democracia y libertad, por eso, en primer lugar, cabe aceptar que tenemos un problema para, a continuación, enfrentarnos a él con todos nuestros recursos e inspirados siempre en nuestros principios y valores de izquierda, que suponen la defensa de la seguridad como patrimonio público de la sociedad. Pero con la contundencia y la determinación que requiere la situación derivada del incremento de delitos en el área metropolitana de Barcelona. Estamos trabajando en optimizar y ampliar los recursos humanos y materiales, incluyendo una nueva comisaría de la Policía Local. En Catalunya la competencia sobre seguridad recae en la Conselleria d’Interior y en el cuerpo de los Mossos d’Esquadra. Hace unos días, conseguimos el compromiso del conseller Miquel Buch de aumentar la plantilla de agentes en nuestra ciudad. Este es un eje básico de nuestra política de seguridad: el trabajo conjunto de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. El otro, solicitar al legislador que modifique el código penal para acabar con la multireincidencia.
Nos encontramos en plena elaboración de un gran pacto de ciudad con todos los grupos municipales. Un pacto para hacer frente a las consecuencias de la crisis económica, social y sanitaria que ha provocado la pandemia de coronavirus. Trabajamos pues para sumar, en pro de la cohesión social, por eso no vamos a tolerar que otras fuerzas políticas utilicen la demagogia y el populismo para arrojar gasolina al fuego. Y lo denunciaremos sin rodeos. Es una irresponsabilidad de daños incalculables usar la seguridad ciudadana para obtener un puñado de votos. Ejemplos sobran a nuestro alrededor. No vamos a aceptar la doble moral de ofrecerse a un pacto por la reconstrucción mientras se animan la celebración de manifestaciones y protestas que afectarán de manera irreversible a la imagen de nuestra ciudad.