La sentencia de la mal llamada Manada (son energúmenos) ha hecho caer el mantra que «hay que respetar las decisiones judiciales». No. Las decisiones Judic iales injustas deben denunciar. Los jueces son personas y tienen ideología. Se pueden equivocar, al interpretar las leyes o pueden prevaricar, por no hablar de cuando la ley es injusta en sí misma.
El problema no es de ahora. Muchas personas hace tiempo que denunciamos la injusticia de la «justicia» española. Que no todo el mundo es igual ante la ley es una obviedad, sólo hay que ver dónde están Rato, Bárcenas o Urdangarín; pero últimamente va más allá, se castiga impunemente a personas sólo por «cruzar» con según quien. ¿Cuál es el denominador común de la sentencia infame de los bestias de la Manada, de la demanda de 60 años de prisión por unos chicos en Altsasu por una pelea en un bar y de la caza de brujas contra el profesorado del IES El Palau? Que en los tres casos, casualmente, al otro lado hay guardias civiles. Nosotros no creemos mucho en las casualidades.
Una supuesta democracia deja de serlo cuando hay instituciones y categorías de personas intocables, cuando la ciudadanía tiene miedo ante la justicia que debe proteger. Del retroceso de la libertad de expresión o la persecución para poner urnas ya hablaremos otro día.
Justicia injusta
