Empadronarse es obligatorio para los ciudadanos. Y han de hacerlo donde vivan, aunque sea en la calle o en una furgoneta. Si no estás empadronado, casi no existes. Una tarjeta sanitaria, un informe de arraigo o el acceso a la reciente renda garantida, todo queda lejos si no puedes empadronarte. Ya ni hablamos de que el padrón es la puerta de acceso al ejercicio de derechos en el municipio, como el voto y la escolarización entre otros. El caso más extremo lo ofrecen las personas que viven en la calle. Aquí el empadronamiento sin domicilio fijo es una necesidad. Ya lo hacen muchas ciudades de nuestro alrededor de distinto pelaje político. Facilitando el acceso a derechos y la posibilidad de mejorar sus situaciones.
Para el propio Ayuntamiento tiene sus ventajas. ¿Qué políticas reales aplicarás si no sabes cuántos vecinos tienes? ¿Qué reglamentos organizarás cuando el padrón es el elemento básico para participar?
Que el padrón sea un elemento de valoración para posteriores procedimientos no debe excluir a los que vivimos en Santa Coloma de nuestro derecho a estar empadronados. Más que dificultar, el Ayuntamiento debe facilitar por todos los medios su acceso. Cumplir la ley, hacerle fácil la vida a las personas porque ¿cuál es la función del Ayuntamiento?
Cumplir la ley
