El objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en su punto 1 dice: «Para 2030, asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles, y mejorar los barrios marginales» . En nuestra ciudad hay que poner manos a la obra ya que es urgente pensar globalmente y actuar para revertir esta situación. No de colores políticos, va de derechos humanos.
No podemos tolerar que en pleno siglo XXI haya ciudadanas malviviendo en nuestra ciudad, ya sea porque no disponen de un techo donde vivir con todas las garantías o simplemente porque no tienen techo.
Escuchar a las personas que día a día ven estas situaciones es primordial. La importancia de los espacios de encuentro, como la Mesa de Vivienda de nuestra ciudad, debe servir para proponer políticas y acciones concretas en nuestro territorio. Y no vale decir que ya se lleva a cabo. En Santa Coloma estamos en situación de segregación habitacional. Y esta segregación repercute directamente en otros ámbitos de las ciudadanas como puede ser la salud o la educación.
Hay propuestas sobre vivienda que funcionan y se pueden replicar en nuestra ciudad. Ejemplos tan lejanos como los precios congelados de alquiler que propone Berlín y tanto cercanas como las coviviendas de Barcelona. Todo esto es fruto del interés de la política municipal en la escucha de los agentes del territorio expertos en esta situación. Acciones para resolver una emergencia social que pide soluciones valientes. Hay que erradicar la vulnerabilidad que se produce por el hecho de no tener un techo digno y trabajar por el presente y el futuro de una ciudad justa y sostenible.