La crisis salvaje vivida en la última década aún hoy impacta en muchos hogares colomenses. Se añade la precarización del trabajo y el paro prolongado, que han conducido a una parte de la población colomense a una situación de vulnerabilidad. El equipo de gobierno que presido siempre ha tenido como prioridad combatir las peores consecuencias de la pobreza. En los últimos años, la emergencia habitacional derivada del aumento indiscriminado del alquiler y de los desahucios nos han llevado a actuar sin tregua desde la trinchera local. Hemos invertido en ayudas de emergencia social, que han evitado cortes de agua, luz y gas en los hogares, y en la alimentación de colomenses que lo habían perdido todo. También hemos reforzado los servicios de atención a domicilio de las personas mayores, las bonificaciones de la tarjeta rosa y las becas de comedor de los niños. Todo ello para que las familias pudieran salir adelante de una manera digna, con un proyecto de vida con garantías. Esto lo hemos podido hacer dedicando verdaderos esfuerzos económicos y humanos. Ahora, nos han vuelto a reconocer esta inversión -con la calificación de excelencia- y el buen trabajo realizado. Pero no vamos a bajar la guardia, seguiremos combatiendo las desigualdades, con todas las herramientas posibles, para garantizar el bienestar de la ciudadanía y proteger a las familias y las personas con más problemas. Sin duda, seguiremos luchando por una sociedad más justa e igualitaria.